LA ÚLTIMA IMAGEN que quedó plasmada en su retina fue la de su asesino. El último sonido, los agónicos alaridos de su enemigo. El último sabor, su sangre resbalando entre sus labios. El último tacto, la encrespada hierba bajo sus dedos. El último aroma, el tenue perfume de su amado feudo. El último pensamiento, el definitivo despertar del yo auténtico.
Su sangre salpicó el tronco de un cerezo en flor en una imprecisa línea oblicua de puntitos irregulares. El árbol, acongojado, amortajó con sus blancos pétalos el cadáver. Nunca más brotó flor alguna de aquél. Con los años el lugar se convertiría en plácido remanso de peregrinaje. La oscura mancha de sangre no ha desaparecido, mudo testigo del lugar donde feneció el maestro.
Su sangre salpicó el tronco de un cerezo en flor en una imprecisa línea oblicua de puntitos irregulares. El árbol, acongojado, amortajó con sus blancos pétalos el cadáver. Nunca más brotó flor alguna de aquél. Con los años el lugar se convertiría en plácido remanso de peregrinaje. La oscura mancha de sangre no ha desaparecido, mudo testigo del lugar donde feneció el maestro.
Cuarta raíz: Fuego
Se observaron en silencio mientras la batalla discurría a su alrededor sin atreverse a importunarlos. El joven general, ataviado con una pesada armadura, rozaba la hierba con la punta de su no-dachi; el anciano, cubierto apenas con un kimono ceremonial, encaraba con una pica a su adversario.
El primer embate consistió en una serie de fintas lejanas, meros tanteos de la habilidad del oponente. El segundo hubiera acabado con la muerte de combatientes menos diestros. Danzaron en su baile mortal mientras enemigos y aliados morían a su alrededor. Su amigo y fiel consejero, Hireyama Ninte, se desplomó muerto, acosado por tres rivales. La tropa era leal y valiente mas estaban abocados a la derrota pues su enemigo les superaba ampliamente en número, no así en bravura y disciplina. El anciano percibió un leve fallo en la guardia de su adversario que desprotegía levemente su flanco derecho, apenas un detalle imperceptible a la mirada profana. Repitió una vez más el ataque y, al finalizar el movimiento, cargó contra la izquierda de su adversario, que, en un acto reflejo, rasgó el vientre del veterano luchador. En el que sería el último golpe de su existencia atravesó el muslo del joven general, quebrando el hueso y clavando la pica en la esponjosa tierra.
El primer embate consistió en una serie de fintas lejanas, meros tanteos de la habilidad del oponente. El segundo hubiera acabado con la muerte de combatientes menos diestros. Danzaron en su baile mortal mientras enemigos y aliados morían a su alrededor. Su amigo y fiel consejero, Hireyama Ninte, se desplomó muerto, acosado por tres rivales. La tropa era leal y valiente mas estaban abocados a la derrota pues su enemigo les superaba ampliamente en número, no así en bravura y disciplina. El anciano percibió un leve fallo en la guardia de su adversario que desprotegía levemente su flanco derecho, apenas un detalle imperceptible a la mirada profana. Repitió una vez más el ataque y, al finalizar el movimiento, cargó contra la izquierda de su adversario, que, en un acto reflejo, rasgó el vientre del veterano luchador. En el que sería el último golpe de su existencia atravesó el muslo del joven general, quebrando el hueso y clavando la pica en la esponjosa tierra.
Tercera raíz: Aire
La primera tropa, las más ostentosa, escapó serpenteando entre los campos de arroz en dirección a las colinas y el vado Heimen. Ondeaban sus estandartes y los pasos de infantes y jinetes resonaban estridentemente.
La segunda tropa, muy disminuida, aseguró la defensa de la fortaleza: Encendió los fuegos, cerró los portones y tomó posiciones aprestando sus arcos tras las almenas.
La tercera tropa, la más numerosa, ocultó su presencia escabulléndose sigilosa por una sinuosa trocha hasta las cuevas de los acantilados. No portaban armadura ni estandarte que pudiera revelar sus pasos.
Hireyama, el joven, vigilaba desde la cima de una alejada colina los movimientos de los ejércitos, señalados por los numerosos banderines que cada soldado portaba a su espalda. Los estandartes amarillos de su enemigo se dividieron en dos formaciones. La más numerosa perseguía al primero de sus contingentes, la menor comenzó el sitio del alcázar. Esperó, paciente, hasta ver bien separado un grupo del otro, entonces sopló su cuerno, que resonó lúgubre y hueco.
La primera tropa detuvo su avance y esperó a sus perseguidores. La tercera inició de nuevo su huida siguiendo la línea de la playa para unirse al ejercito del señor Aminawa, necesitado de todo refuerzo. A los sitiados tan sólo les restaba esperar.
La segunda tropa, muy disminuida, aseguró la defensa de la fortaleza: Encendió los fuegos, cerró los portones y tomó posiciones aprestando sus arcos tras las almenas.
La tercera tropa, la más numerosa, ocultó su presencia escabulléndose sigilosa por una sinuosa trocha hasta las cuevas de los acantilados. No portaban armadura ni estandarte que pudiera revelar sus pasos.
Hireyama, el joven, vigilaba desde la cima de una alejada colina los movimientos de los ejércitos, señalados por los numerosos banderines que cada soldado portaba a su espalda. Los estandartes amarillos de su enemigo se dividieron en dos formaciones. La más numerosa perseguía al primero de sus contingentes, la menor comenzó el sitio del alcázar. Esperó, paciente, hasta ver bien separado un grupo del otro, entonces sopló su cuerno, que resonó lúgubre y hueco.
La primera tropa detuvo su avance y esperó a sus perseguidores. La tercera inició de nuevo su huida siguiendo la línea de la playa para unirse al ejercito del señor Aminawa, necesitado de todo refuerzo. A los sitiados tan sólo les restaba esperar.
Segunda raíz: Agua
-¡Señor! Un ejército está desembarcando en el estuario –anunció Hireyama Ninte, su consejero de confianza.
-¿Quiénes son?
-Los ejércitos del clan Arai, señor. Un gran contingente.
Takuan Soho asintió reflexivo
-¿Quién los comanda?
-El estandarte de Miyamoto Musashi ondea en la nave capitana. He ordenado que nuestro ejército se acantone.
Conocía la fama y fiereza del general enemigo. Sus méritos y defectos. “Es una suerte, si hubiera acudido el propio Arai Daiichi todo estaría perdido. Lograría derrotar a cualquiera de ellos pero sólo Musashi cegará su raciocinio por vencer al mítico Soho” caviló satisfecho.
-No, mi buen Ninte, dejaremos un pequeño retén en la fortaleza. Los demás partiremos. –Percibió la sorpresa reflejada en el rostro de su consejero, mas éste, respetuoso con su señor, no contradijo su mandato.– No debemos aferrarnos al castillo como a una roca pues como el agua rodea a un peñasco así hará su ejército, limitándose a sitiarlo con una exigua fuerza mientras la mayor parte continúa su avance. Nuestro deber consiste en detener al enemigo y procurar la victoria de los nuestros. La lealtad debida nos encamina a la rectitud de mente y está al despertar del yo auténtico.
-¿Quiénes son?
-Los ejércitos del clan Arai, señor. Un gran contingente.
Takuan Soho asintió reflexivo
-¿Quién los comanda?
-El estandarte de Miyamoto Musashi ondea en la nave capitana. He ordenado que nuestro ejército se acantone.
Conocía la fama y fiereza del general enemigo. Sus méritos y defectos. “Es una suerte, si hubiera acudido el propio Arai Daiichi todo estaría perdido. Lograría derrotar a cualquiera de ellos pero sólo Musashi cegará su raciocinio por vencer al mítico Soho” caviló satisfecho.
-No, mi buen Ninte, dejaremos un pequeño retén en la fortaleza. Los demás partiremos. –Percibió la sorpresa reflejada en el rostro de su consejero, mas éste, respetuoso con su señor, no contradijo su mandato.– No debemos aferrarnos al castillo como a una roca pues como el agua rodea a un peñasco así hará su ejército, limitándose a sitiarlo con una exigua fuerza mientras la mayor parte continúa su avance. Nuestro deber consiste en detener al enemigo y procurar la victoria de los nuestros. La lealtad debida nos encamina a la rectitud de mente y está al despertar del yo auténtico.
Primera raíz: Tierra
La guerra, como la peste, había saltado de feudo en feudo, y pronto alcanzaría su isla, antes de las nieves. El joven señor renegó de sus advertencias, negándose a tomar partido por ninguna de las dos facciones que con cruenta determinación disputaban el trono del emperador.
-Señor Aminawa, si no apoyáis a ninguno de los dos bandos ambos os tomarán por enemigo.
-¡Calla, Takuan Soho! No vivimos ya en los tiempos bárbaros de tu juventud. Dirimirán sus diferencias y juraremos vasallaje al vencedor. Es lo más astuto y para cualquier sabio es evidente que nuestra isla carece de valor estratégico pues se encuentra apartada de las rutas del país medio ¿Deseas atraer la guerra a nuestro hogar? ¿Acaso pretendes que dilapide la herencia de mis ancestros?
También en sus años jóvenes dijeron haber alcanzado la civilización y denostaron lo antiguo como un periodo bárbaro. Obviamente, erraron.
“La guerra es una bestia hambrienta que una vez desatada no se atiene a raciocinio alguno, su único anhelo es devorar. Los hombres buenos cometen atrocidades que de otro modo no imaginarían. Después lo lamentan de por vida." Reflexionó al contemplar desde lo alto de un torreón sus hermosas tierras mientras sus ojos brillaban con infinita tristeza.
-Ama la paz y prepárate para la batalla -susurró cuando la primera de las lágrimas prevaleció sobre su voluntad. Adoraba aquella isla como a su propia esposa e hijos, mas la salvación de todo cuanto amaba le encaminaba inexorablemente a la separación definitiva.
-Señor Aminawa, si no apoyáis a ninguno de los dos bandos ambos os tomarán por enemigo.
-¡Calla, Takuan Soho! No vivimos ya en los tiempos bárbaros de tu juventud. Dirimirán sus diferencias y juraremos vasallaje al vencedor. Es lo más astuto y para cualquier sabio es evidente que nuestra isla carece de valor estratégico pues se encuentra apartada de las rutas del país medio ¿Deseas atraer la guerra a nuestro hogar? ¿Acaso pretendes que dilapide la herencia de mis ancestros?
También en sus años jóvenes dijeron haber alcanzado la civilización y denostaron lo antiguo como un periodo bárbaro. Obviamente, erraron.
“La guerra es una bestia hambrienta que una vez desatada no se atiene a raciocinio alguno, su único anhelo es devorar. Los hombres buenos cometen atrocidades que de otro modo no imaginarían. Después lo lamentan de por vida." Reflexionó al contemplar desde lo alto de un torreón sus hermosas tierras mientras sus ojos brillaban con infinita tristeza.
-Ama la paz y prepárate para la batalla -susurró cuando la primera de las lágrimas prevaleció sobre su voluntad. Adoraba aquella isla como a su propia esposa e hijos, mas la salvación de todo cuanto amaba le encaminaba inexorablemente a la separación definitiva.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Imagen de ~Fruelund
Para saber más sobre el mundo de los Otori visita: Su página oficial en castellano.
25 comentarios:
Con este relato gané el certamen de los Otori, organizado por OcioJoven (teneis un enlace en la segunda columna d ela derecha) y la editorial Alfaguara.
Está basado en el "Mundo de lo Otori", aunque empleé referencias al japón medieval. El nombre del protagonista, el anciano, lo he tomado del famoso Takuan Soho, el autor del libro “El espíritu indomable del Samurai” una de los libros básicos del Zen marcial japonés. Su rival en el relato Miyamoto Musashi es el autor del famoso “Libro de los cinco anillos”.Ambos mantenían posturas dispares sobre las artes marciales (aunque tenían puntos coincidentes). En el relato he tratado de relacionar ambos puntos de vista; así la estructura se debe al libro de los cinco anillos relacionándose cada una de las partes con la estrategia de cada elemento (Me he tomado la libertad de utilizar el termino “nada” en vez del más común “vació”, pues lo creo más preciso). Así por ejemplo el fragmento de la raíz de aire (o viento) reflejo la necesidad de iniciativa y movimiento para la vencer al adversario. Citando textualmente del “Libro de los cinco anillos”: La forma de ganar una batalla según la ciencia militar es conocer los ritmos de los adversarios concretos y utilizar los ritmos que vuestros adversarios no esperan, produciendo ritmos sin formas a partir de ritmos de sabiduría. De ahí los extraños movimientos de tropa descritos en ese fragmento, que si no se siguen con cuidado pueden parecer confusos.
Es de lo mejor que te he leído. La guerra y la muerte son así: destruyen y crean.
Votado.
Animo y suerte!!! :)
Épico, sorprendente y evocador. Es decir, Pedro
Muy bello texto.
Y muy entusiasmado 'apéndice' de anotaciones. Se ve que te gusta el tema.
Un besote, y gracias por visitar mi Averno.
Nos seguimos leyendo :)
Muy bueno, de lo mejorcito que he leido.
Muy buen blog.
http://celsoorestes.spaces.live.com
Me encanta tu blog. De hcho ya te había visitado días anteriores pero no me atreví a dejarteningún comentario.
Ahora que he visto el tuyo me animo a devolvertelo y a decirte que tienes una lectora asidua.
Muchísima suerte con los premios. Seguro que conseguirás un buen puesto.
Saludos.
Hola
Gracias por tu comentario. Lo del premio ese (y no soy mentirosa) me importa un pimiento y aún no lo he mirado. Aunque luego lo haré para satisfacer mi curiosidad. Lo que sí quiero decirte es que has sido un descubrimiento. Hasta envidia tengo de la sensación de sosiego que siento nada más abrir tu blog. Creo que voy a encajarlo en mi "lista" de alguna forma, pero primero lo leo, como es lógico. Besos y visita Budapest porque merece la pena.
Querido Pedro,
Debo darte las gracias por tu crítica constructiva. Me ha resultado muy agradable leer unas palabras tan precisas acerca del estilo literario de mi último escrito, pero he de añadir que si te han resultado creíbles las reacciones ¡es porque son verídicas! Muy a mi pesar no es mérito mío, querido.
Precio relato, el tuyo, aunque el medievo japonés creo que es más del estilo de la misteriosa Samantha que del mío. Volveré para dejar que algún nuevo relato acaricie mis pupilas.
Incandescentemente tuya,
Pamela
¡Qué fuerte! Lo escribiste hace mucho tiempo (no sé cuanto, pero ya hace...) y al irlo leyendo... es cómo que ya sabía lo siguiente que iba a leer...
A ver, sería lógico porque ya lo había leído, pero... ¿después de leer tantos relatos semana tras semana? y habiendo empezado varios de ellos por esa misma frase...
¡Ja! ¿Necesitas más pruebas de que es realmente bueno y que se queda en la memoria? =D
Me gusta esta sensación que me ha producido el leerlo.
Un besiño!
Excelente relato, Pedro. Venía intrigado por tu mención acerca de que habías escrito algo épico ¡Y vaya sí es épico! He disfrutado con su lectura. Hace tiempo me leí los “El libro de los cinco anillos” y “El arte de la guerra”. Entre el buen uso del lenguaje, la historia, la ambientación de la que haces gala y el desarrollo de la trama, no me extraña ni lo más mínimo que ganaras un concurso con este relato.
Me alegro que me visitaras hace unos días, he descubierto un compañero escritor al que voy a seguir muy de cerca.
¡Un saludo!
Me encanto este relato..no me extraña que ganaras el certamen, pues nos haces transportarnos con cada una de tus palabras e historias.
Me gusta tambien el diseño de tu blog, muy bonito.
Gracias por tu visita a mi eclipse, aunque nada tiene que ver con tu blog, puedes volver cuando qieras alli siempre tendras un rinconcito entre las estrellas por si decides regresar.
Lo mejor de este concurso es descubrir nuevos blogs..
Un besito y una estrella.
Mar
Hola!
Bravo por el blog..... deberías ir primero en tu categoria!!!
y me encanta el diseño, de verdad
ah y gracias por tu voto, se q has sido tu
y por el comentario!
hasta otra!
Hola¡¡¡
Muy buen blog, me ha gustao mucho su diseño y temática.
Suerte en los premios 20 blogs.
¿Con que tu también eres visitante de sedice eh?? que chiquito es el mundo, yo también me paso por ahi aunque ya no tan seguido como antes.
En sedice me llamo dariapb. XD
Felicidades también por el concurso de los blogs sediciosos.
;)
Muchas gracias por el comentario!
Y por el aviso de la dirección, particpo en la categoría de Cultura.
Saludos Pedro.
Bueno pues otra curiosidad resuelta. Me hablaron de este texto, pero no lo había leido hasta ahora. La verdad es que te quedó la mar de bien, y ese comentario que dejas al inicio lo enriquece aún más.
Todo un placer para este flipado del Japón y de La leyenda de los cinco anillos. ;)
Un abrazo, nos leemos.
PD: te señalo alguna cosilla
"las más ostentosa" falta una "s", por cierto, y con animo de ayudar, creo que es uno de las cosas que más se te pasan, supongo que sabiendolo es más dificil que pase.
"ejercito" el acento.
Lo que no sé si ganarás es un premio 20 minutos. Se trata de unos premios muy parecidos al Planeta: se saben de antemano los ganadores y los demás, pobrecios, van de comparsas.
hola! te invito a que conozcas mi blog www.mimafalda.blogspot.com y me votes en http://www.20minutos.es/premios_20_blogs/resultado-busqueda/www.mimafalda.blogspot.com/
Estimado cuentista, te felicito por estos relatos, muy bien armados para la batalla. Saludos
Fantástico, Pedro.
Me encantó.
Impecable.
Superior, cada relato es mejor que el anterior.
Felicidades, mereciste ganar :)
Besos, amigo y feliz domingo
pués no te conocía y me ha encantado.
¡buen trabajo!
La semana pasada cuando vine no pude leerlo con calma, ahora además de sorprenderme con el relato descubro que ganaste el primer lugar Pedro!!!! Simplemente felicidades, me fui metiendo en cada parte de la historia y con los detalles que pones de nota le da belleza y cuidado.
Sabes, valió la pena esperar un poquito y disfrutarlo a concho, es más en algún momento vendré a leerlo de nuevo ^_^
Mi suuuuuuuuper rayita, te mereces todos los premios ;)
Un gran abrazo y un beso ronroneado
Veo que estás haciendo revivals de tus más triunfadores relatos. Tío, renovarse o morir. jajaja
Un abrazo y muéreme, del verbo morir, claro.
Yo no te voto, fijatetú.
:)
sin palabras. Muy bueno
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