Si no has visto todavía Avatar, si no te has dejado arrastrar por una de las mejores campañas virales (y no virales) de los últimos tiempos, no vayas al cine. Esperate a verla en televisión, en tu DVD tranquilamente.
No es una mala película, pero no estaría ni de lejos en mi top10 del último año. El cine tiene buena parte de espectáculo, de componente visual, pero la historia también tiene que ser un eje fundamental, y en este caso la historia no aporta nada, aunque no es floja, es tan, tan previsible que lo único que nos queda es la acción y la imagen. Desde luego es mucho mejor que las típicas películas de acción trepidante enfocadas al público adolescente (como las últimas de Predator), y se nota el buen hacer de James Cameron, pero con todo y con eso no da la talla de lo que pretenden vender (incluso he leido críticas por ahí, no me digais donde pero no os costará mucho encontrar alguna, que la comparaban con El cantor de jazz por su revolucionario uso del 3D).
Lo dicho, una película entretenida, pero prescindible.
Lo dicho, una película entretenida, pero prescindible.