Con unos días de retraso me dispongo a dar mi impresión sobre la Hispacon celebrada este año en Almeria. Es la primera ocasión que asisto, y si las circunstancias me lo permiten pienso repetir. Para aquellos que no sepan de que les estoy hablando, comentaré que la Hispacon son unas jornadas de literatura fantástica que organiza anualmente Portico, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia-Ficción y Terror (AEFCFT). En esta ocasión se han celebrado en Almería bajo el nombre específico de Indalcon, en honor a uno de los símbolos más representativos de la ciudad, el indalo.
He disfrutado de principio a fin. El nivel de las charlas me ha parecido muy bueno, y además había una buena variedad donde elegir. Tanto es así que en muchas ocasiones me ha tocado elegir entre dos buenas opciones que tenían el mismo horario. Además para poder llegar a Valladolid a una hora razonable tuvimos que salir el domingo a primera hora casi sin despedirnos (una pena no poder asistir al taller psicotronico de David Jasso o a la charla sobre "El fin del mundo" de Sergio Mars).
Pero como sucede en todas las convenciones la verdadera diversión está en los pasillos; y los pasillos de la Hispacon fueron de lo más animados. Para un aficionado al género, la lectura y la escritura, las horas pasadas intercambiando opiniones pasan volando. En esto tuvo mucho que ver el que acudiera junto a un grupo de amigos de OcioJoven.
Tengo que reconocer que en un primer momento, en especial recien llegado cuando nos pasamos una hora buscando una carpa que no existía, la organización me pareció un tanto caótica. En cambio a medida que las jornadas transcurrieron se hizo evidente que esos problemas eran ajenos a la propia organización. Aunque escuché unas cuantas quejas sobre la separación entre las distintas salas -y yo mismo en momentos de cansancio hice varias- hay que reconocer que esto escapa al buen hacer de los organizadores y depende más de la voluntad de la administración. Y es que organizar unas jornadas de este estilo no es nada facil. Todavía recuerdo la escuela de formación nacional de juventud de Comisiones Obreras, y las Convivencias Lúdicas Nacionales(CLN) del 2006, y siento escalofrios.
El autentico punto negativo fue la asistencia. Es una autentica pena, pero no había demasiada gente. Muchos de los veteranos me comentaron que era normal y que en otras convocatorias no había sido mejor. En este sentido siempre he defendido que a la hora de hacer jornadas, sin importar del tipo que sean, no se realizaran todas en Madrid, y que se diera oportunidad a otras provincias. Me he replanteado esta idea y ahora creo que si no se puede garantizar una asistencia aceptable es mejor hacer actividades en Madrid (o localidades cercanas y bien comunicadas). Por desgracia Almeria es muy bonita, pero esta lejos de todo. Conozco a varias personas que no acudieron porque sólo podían ir desde el viernes, y era mucha paliza para poco más de un día.
Hasta aquí este pequeño resumen de mis impresiones. Sólo me queda dar las gracias a la gente que ha trabajado para que salieran adelante y felicitarles por el resultado.
¡Y más al año que viene!
He disfrutado de principio a fin. El nivel de las charlas me ha parecido muy bueno, y además había una buena variedad donde elegir. Tanto es así que en muchas ocasiones me ha tocado elegir entre dos buenas opciones que tenían el mismo horario. Además para poder llegar a Valladolid a una hora razonable tuvimos que salir el domingo a primera hora casi sin despedirnos (una pena no poder asistir al taller psicotronico de David Jasso o a la charla sobre "El fin del mundo" de Sergio Mars).
Pero como sucede en todas las convenciones la verdadera diversión está en los pasillos; y los pasillos de la Hispacon fueron de lo más animados. Para un aficionado al género, la lectura y la escritura, las horas pasadas intercambiando opiniones pasan volando. En esto tuvo mucho que ver el que acudiera junto a un grupo de amigos de OcioJoven.
Tengo que reconocer que en un primer momento, en especial recien llegado cuando nos pasamos una hora buscando una carpa que no existía, la organización me pareció un tanto caótica. En cambio a medida que las jornadas transcurrieron se hizo evidente que esos problemas eran ajenos a la propia organización. Aunque escuché unas cuantas quejas sobre la separación entre las distintas salas -y yo mismo en momentos de cansancio hice varias- hay que reconocer que esto escapa al buen hacer de los organizadores y depende más de la voluntad de la administración. Y es que organizar unas jornadas de este estilo no es nada facil. Todavía recuerdo la escuela de formación nacional de juventud de Comisiones Obreras, y las Convivencias Lúdicas Nacionales(CLN) del 2006, y siento escalofrios.
El autentico punto negativo fue la asistencia. Es una autentica pena, pero no había demasiada gente. Muchos de los veteranos me comentaron que era normal y que en otras convocatorias no había sido mejor. En este sentido siempre he defendido que a la hora de hacer jornadas, sin importar del tipo que sean, no se realizaran todas en Madrid, y que se diera oportunidad a otras provincias. Me he replanteado esta idea y ahora creo que si no se puede garantizar una asistencia aceptable es mejor hacer actividades en Madrid (o localidades cercanas y bien comunicadas). Por desgracia Almeria es muy bonita, pero esta lejos de todo. Conozco a varias personas que no acudieron porque sólo podían ir desde el viernes, y era mucha paliza para poco más de un día.
Hasta aquí este pequeño resumen de mis impresiones. Sólo me queda dar las gracias a la gente que ha trabajado para que salieran adelante y felicitarles por el resultado.
¡Y más al año que viene!