06 septiembre 2007

Una mina argentina (a cuatro manos con Ricardo)

La belleza era su mayor bendición, pero también su maldición. Eso pensaba él mientras se arreglaba frente al espejo y recordaba su pasado. La envidia que corroía a sus enemigos. Enemigos ganados por pura envidia. No eran capaces de ver más de su aspecto y, con frecuencia, le minusvaloraban. Craso error.
“En todo caso, en tren de no menospreciarme, podrían tomarse de mi parte oscura”-pensó él mientras retocaba su cabello- Pero claro, mis facciones les obnubilan. Sólo ven la cáscara. Jamás podrían imaginar, o llegar a conocerme de verdad.”-
Continuó anudándose el pulcro nudo de su corbata, mientras una preciosa rubia terminaba de ajustarse las medias.

-Querida- dijo sin girarse- ¿Podrías no hacer eso? Es molesto que los espíritus anden revoloteando todo el día. Además Samantha adora esas medias. - La muchacha le lanzó una mirada de odio y alzó el dedo corazón con gesto furioso.
- ¡Qué carajo querés tacaño de mierda! Podías largar un puto euro y comprarme unos pares. Porque mierda no me habré quedado en Argentina. ¡Quién carajo me mando ir a ese congreso hispanoamericano! Y otra cosa, me querés decir qué vas a hacer con esa ¿Cuándo carajo te la vas a sacar de encima?

“Siempre la misma historia. Sólo ven en mí una cara bonita. Las muy tontas piensan que seré voluble y manipulable. Luego, cuando llega lo inevitable, cuando la realidad las abofetea, se niegan a aceptarlo”.

- Cálmate preciosa. Gírate lentamente y mira encima de la cama.- dijo él.

“Ahí va otra vez”, pensó para sí, “la muy estúpida no aprende más. Allí lanza una mirada esperando hallar un regalo caro, pero solo encontrará otro cadáver.

-¡Otra vez! Mirá pibe ¡dejate de hincharme los ovarios! No estoy dispuesta a seguir aguantándote esto-estalló ella a los gritos,- Si querés, podés ser el tipo más lindo del planeta, podés cogerte a todas las minas que se te canten las bolas, que yo haré lo propio. Pero, lo que no pienso aguantar es que cada dos por tres, me dejés la casa llena de mujeres muertas.

El hombre se encogió de hombros indiferente. “Es que no aguantan, me ven tan bello que su corazón no soporta la emoción de mis caricias”, se dijo a sí mismo sin prestarle atención y sin esperar lo que venía.

- ¿La verdad?...Me cansaste… ¡Me las tomo, chabón! ¡Estoy harta de tus muertas y de tus espíritus! Me tomo el raje. Me voy ¿entendés? Quedate vos acá-iba diciendo ella mientras recogía sus cosas, -Ah, y otra cosa ¡metete bien en el culo a todas tus muertas y rarezas!

De repente, encima de la mesilla, la radio se enciende burlona: “Te vas, me dejas y me abandonas…” ofuscado, sin poder creer lo que ocurría, él toma la radio y la lanza contra la pared.

-¡No te puedes marchar así!- dijo su belleza herida.

-¿Qué? ¿Qué no puedo? ¡Entonces mirá!- respondió ella encaminándose a la puerta.

Él, no puede dejar que se marche: es tan bello que su orgullo se lo impide. Así, un instante antes de que ella abra la puerta, estira un brazo, la toma por la cintura, y le da un beso apasionado. La mujer al principio tensa, se relaja poco a poco, hasta caer lánguida en la cama con la mirada clavada en el techo…junto al cadáver.

-Sos un hijo de puta-, dijo ella entre suspiros,-Besás de muerte.

Él la mira y sonríe –“Solo una mina argentina puede aguantar tanta pasión”- piensa antes de responderle:-Sí, cuando quiero, beso mortal.

“Sólo que contigo no basta”, dijo para sí mientras comenzaba a apretarle el cuello con sus fuertes y, por sobretodo, bellísimas manos.

16 comentarios:

Pedro dijo...

¡A cuatro manos con Ricardo! Todo un gustazo escribir con él. Todp un portento el argentino este ;)

Anónimo dijo...

Pedrazo: Parece que a pesar de las complicaciones, logramos algo.
Hacete cargo de lo mucho, y bueno, que le has puesto al relato.
Creo que, el final, por más que lo niegues, es una idea conjunta.

Ya tendremos la posibilidad de encarar otro texto con más tiempo y dedicación.

Un abrazo, pedazo de escritor, sabés que es un gustazo contarte como amigo y escribir con vos.

Desde este sur que aguarda la primavera, vaya un abrazo inmenso.

Laura Luna dijo...

Me habéis dejado muerta los dos... O_O

Menudo giro final ha tenido la historia. Me gusta el trasfondo vampiresco que tiene el personaje, después de todo, el mordisco de un vampiro no deja de ser un beso pasional.

Besos mortales a los dos,
Mun

Anónimo dijo...

Hacia mucho que no escribiras algo de terror, aunque tiene mas d ironico, como muchas pelis gore.

Me hagustado mucho ¿quien es ese ricardo?

Anónimo dijo...

Me ha encantado esta historia, en serio, me gusta ese final, los espíritus y la forma en la que habeis transformado el espacio sin describirlo.

Y esas palabras argentinas que me vuelven loca y me recuerdan a mis amigos argentinos que recorren al lado mi camino.
Me habeis sacado una sonrisa los dos.
Muchos besos.

Ryuku dijo...

Me ha gsutado como siempre aunque se nota que lo has escrito con un toque distinto.Te ha funcionado bien eso de las ciatros manosXD

Anónimo dijo...

Vale he leido el comentario de arriba :)

Pugliesino dijo...

Detenle detenle!! Es un crimen que mate pero al menos que sea ella quien mate a la belleza herida!
Me impidió un inesperado suceso venir antes pero tal vez ello me hizo leer ahora con más ganas y sobre todo con más vida y así con ese punto de más apreciar mejor lo que leo.
Grandes sois, del metro cuadrado del espacio en que se desarrolla la acción extraeis petróleo! La vanidad, la belleza, la rabia, el desafío, se irá o se quedará, esa tensión dominada por la pasión, trampa mortal. No hay tiempo para el descanso, no hay actores pasivos, hasta la muerta tiene su papel. Y es que con dos máquinas de la narración no hay tiempo muerto.
Genios!!
Un abrazo!

Klover dijo...

Como le decía a Ricardo me ha encantado vuestra historia...(de veras) con esos aires vampirescos y de Adonis herido...la mezcla entre vuestros dos estilos, sobre todo los diálogos.Una historia realmente bien conseguida...; y es que los dúos suelen dar buenos resultados. Un abrazo!cuídate!

Maya dijo...

HOLA¡¡¡¡¡ dos mentes, cuatro manos con Ricardo vaya genial dupla felicitaciones: impresionante. Buenas noches Escudero

Patri dijo...

Precioso relato, me ha gustado muchísimo, aunque viniendo de ti no me extraña nada. o_-

Besotessssssssssss

Anónimo dijo...

Como vengo de decirle a Ricardo: la de ganas que tenía yo de leer vuestra historia a cuatro manos, lo que se ha hecho esperar y lo mucho que he tardado yo en venir...
En fin, ya era sabido que algo vuestro no iba a decepcionar, pero realmente me ha sorprendido. Por lo original del tema y las personalidades tan particulares de los protagonistas, así como el extraño discurrir de los hechos...
Si es que es así Pedrito... yo nunca he querido besar a Alejandro Sanz porque sé que me mataría de lo bien que besa... :P
Vuestro protagonista era guapo, lindo, hermoso... ¡lo que queráis! pero... ¿acaso tenía algo más que eso? Parece que no...

Un besote y mil aplausos!

Anónimo dijo...

Ah ya decía yo de dónde salían los diálogos argentinos! Porque debe ser difícil si por ejemplo en una novela quieres dotar de mas realismo a un personaje de otra nacionalidad, que hable con otra jerga. Es un buen ejercicio sin duda.

Saludos, compañero.

Susana dijo...

buena mezcla..siento si no estoy muy inspirada en mis comentarios, supongo que el tiempo ayudará...besos

kurtosis dijo...

Mala pasión, la cual también los impele a un fin fatal. Un hado. exterior y otro interior, pues, mala vida a la perdición. la mezcla entre vuestros dos estilos, Del horror en la vida cotidiana. Un gusto leerte.
Exelente.

ATTE.
KURTOSIS.

Silvia_D dijo...

Curiosa historia , me ha gustado , sois dos manos geniales, un placer leeros