24 octubre 2008

Lo-li-ta

Las paredes son tan delgadas que los sueños no me dejan descansar. Lo que el pegajoso calor veraniego, que compacta sábanas y piel, no logra, lo consigue toda la actividad nocturna.

Luisito trota a lomos de un enorme dinosaurio. Anteayer visitamos el museo de ciencias naturales y después acudimos al cinematógrafo para ver el estreno de “La diligencia”. Espero que se canse pronto y retorne a sus tradicionales “Campeón de liga” y “Simbad el marino”.

En la habitación contigua mi pecosa primita Eva no duerme. Es muy sensible. Regresó del internado de buenas maneras para señoritas la pasada semana y no tiene costumbre. Quizás se asustó con la pesadilla del abuelo y el enano.

Al fondo del corredor mis padres roncan y sueñan al compás: El caza mariposas y ella las clasifica. Un aburrimiento.


La puerta se entreabre y Evita asoma la cabeza y unos pliegues del camisón.
-¿Siempre fue tan molesto?- pregunta con voz suplicante, mientras yo fijo mi mirada en sus pies descalzos.
No alcanzo a contestar pues nos asalta el sueño de tía Lolita con el vigoroso jardinero ruso.

(...)

Al fin descubrimos como silenciar los sueños, y que las paredes no son tan delgadas.

Gracias Lolita.



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Imagen de ~meilily