07 febrero 2007

Calle Rebelión

A LAS OCHO MENOS CINCO SE APAGARON LAS LUCES . Carmen sonrió satisfecha ante su pequeño gesto de rebelión frente a la injusticia. - Cinco minutos no parecen demasiado. - caviló mientras se encaminaba hacia la ventana del salón. Apartó la cortina con gesto suave , curiosa quería saber cuales de sus vecinos secundaban la iniciativa. Perpleja , contempló como ninguna de las viviendas de sus calle desprendía luz . Por supuesto el ayuntamiento no apagó el alumbrado público , solo cortaría la luz de dos o tres monumentos emblemáticos del centro .

Reparó en una anciana que observaba desde el edificio de enfrente , sostenía un gatito rubio que jugueteaba con el reflejo del cristal. Se sonrieron cómplices. En la ventana de al lado una madre alzaba a su hijo en brazos , que señalaba alborozado las demás viviendas. Más allá el hombre taciturno , aquel con el que se cruzaba en la calle cada día al regresar del trabajo , esbozaba una amplia sonrisa.

Pasaron las ocho y nadie encendió la luz en su calle. – ¿Y si también apagara la calefacción ? - Se preguntó mientras se apartaba de la ventana. – Avanzó por el pasillo alumbrada por la débil llama de un mechero . Bajó el termostato a cero grados – Vaya Carmencita estas hecha toda una revolucionaria , hoy dormirás con los pies fríos – Musitó con ironía para acto seguido dirigirse de nuevo al salón temerosa de que una luz hubiera roto la magia . Todos continuaban allí sonriéndose y señalándose los unos a los otros. Alguien con un guitarra estaba tocando en la calle y varios vecinos se habían unido a él. Carmen corrió ilusionada a por su abrigo . – Ojalá esto sucediera en todas las calles , en todos los barrios , en todas las ciudades – Deseó mientras bajaba a unirse a la celebración.

¡Pues eso fue precisamente lo que pasó!



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

Vanas Palabras

Porque le conocía le abandoné. Estaba harta de mentiras , de palabras vanas , de te quiero más que a mi vida. “Mucho te quiero perrito pero pan poquito” , que decía mi abuela . Él es refinado , elegante , alto , fornido ,hermoso , con cara inocente y labios de pecado . Un adonis. Marché y mi vida se transformó en una mierda. Yo era una mierda. Volví . Me recibió con una sonrisa que decía mentirosa “no pasa nada”. Con cada frase farsante engaña . “Te quiero” : te necesito , “Te amo” : te deseo , “Siempre te he sido fiel” : siempre que estabas delante . No existe superior dulce que un te quiero y su sonrisa. Le amo y he regresado. No importa que me quiera , solo que me lo diga.



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