14 febrero 2007

Falsas Leyendas 3

(... Continuación ) y un peligro para el trabajo evangelizador que tanto esfuerzo le estaba costando. No importaba cuantos sermones preparara , ni cuantos paganos fueran azotados en la plaza . Los idólatras medraban ocultos en la población. Gustav un devoto adorador de la unicidad le tranquilizó , prometiéndole que acudirían juntos a los oficios semanales para acallar cualquier tipo de rumor entre la congregación. A Sindal le parecieron grotescas las exhortaciones y los sermones. Prácticamente no pudo aguantar la risa cuando explicó la maldad del demonio , nombre que daba aquel ignorante a Cernunos , el señor astado. Solo porque Gustav parecía darle importancia guardó silencio ante los despropósitos del sacerdote. Pese a todo continuó realizando en secreto los rituales y las ofrendas a la madre Tierra. Con el tiempo el resto de seguidores del camino del druida la distinguió como la iniciada que era y la erigió en su líder espiritual.

Una mezcla de voluptuosidad ,despecho y curiosidad hizo que , a las pocas semanas de su llegada , decidiera yacer con su anfitrión. No fue una tarea difícil. Gustav era el jefe de un equipo de leñadores que se ocupaban de talar y desbrozar el bosque para que los nuevos colonos pudieran asentarse. Cuando regreso al anochecer , esperó al momento en que él se aseaba para entrar desnuda en su habitación. Pese a los reparos morales pudo más su sangre joven y ardorosa que sus complejos religiosos. A la mañana siguiente Sindal asistió atónita a uno de los espectáculos más ridículos que hubiera presenciado hasta el momento :

- Perdóname , no debí aprovecharme de ti – dijo Gustav con mirada atormentada.

- ¿Qué? – Respondió ella aún adormecida .

- He abusado de ti , debí escuchar los consejos del padre Domiciano y haberte encomendado a los cuidados de alguna de las viudas del pueblo. Hemos mancillado el vinculo sagrado del matrimonio.

- ¿Tenías algún voto de castidad? – preguntó ella , atormentada por sus propios recuerdos .

- He roto mi palabra para con Dios y sus mandamientos.

- No te preocupes - ronroneó ella , pensando más en iniciar de nuevo el juego amoroso que en los estúpidos preceptos morales de sus amante.

No hubo manera y , por no contrariarle , se dejó arrastrar hasta la iglesia para hablar con Domiciano . Tuvo que soportar pacientemente las descriptivas explicaciones sobre los suplicios eternos que ese dios tenía reservado para los lascivos. Los recuerdos de la noche anterior hicieron más llevadera la espera. Concluido el sermón insistió en celebrar inmediatamente su matrimonio. Entendía perfectamente el significado de la ceremonia que tuvo lugar a continuación pero no la daba importancia alguna .Al fin y al cabo parecía satisfacer a Gustav.

Las estaciones pasaron en una lenta sucesión de aburrimiento , ritos ocultos y sexo nocturno. Quizás debiera haber hecho algo frente a la continua destrucción del bosque. Pero en el fondo estaba resentida todavía por el desplante de las druidas y acallaba la voz interior que protestaba ante la devastación sin sentido. Su esposo mudó el hacha de leñador por la de combate convirtiéndose en cazador sagrado del Único. Las bendiciones de su dios y su habilidad en el rastreo permitieron que los esfuerzos paganos fueran rechazados : varios faunos , sátiros y centauros fueron abatidos por su hacha. (Continuara... )



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07 febrero 2007

Calle Rebelión

A LAS OCHO MENOS CINCO SE APAGARON LAS LUCES . Carmen sonrió satisfecha ante su pequeño gesto de rebelión frente a la injusticia. - Cinco minutos no parecen demasiado. - caviló mientras se encaminaba hacia la ventana del salón. Apartó la cortina con gesto suave , curiosa quería saber cuales de sus vecinos secundaban la iniciativa. Perpleja , contempló como ninguna de las viviendas de sus calle desprendía luz . Por supuesto el ayuntamiento no apagó el alumbrado público , solo cortaría la luz de dos o tres monumentos emblemáticos del centro .

Reparó en una anciana que observaba desde el edificio de enfrente , sostenía un gatito rubio que jugueteaba con el reflejo del cristal. Se sonrieron cómplices. En la ventana de al lado una madre alzaba a su hijo en brazos , que señalaba alborozado las demás viviendas. Más allá el hombre taciturno , aquel con el que se cruzaba en la calle cada día al regresar del trabajo , esbozaba una amplia sonrisa.

Pasaron las ocho y nadie encendió la luz en su calle. – ¿Y si también apagara la calefacción ? - Se preguntó mientras se apartaba de la ventana. – Avanzó por el pasillo alumbrada por la débil llama de un mechero . Bajó el termostato a cero grados – Vaya Carmencita estas hecha toda una revolucionaria , hoy dormirás con los pies fríos – Musitó con ironía para acto seguido dirigirse de nuevo al salón temerosa de que una luz hubiera roto la magia . Todos continuaban allí sonriéndose y señalándose los unos a los otros. Alguien con un guitarra estaba tocando en la calle y varios vecinos se habían unido a él. Carmen corrió ilusionada a por su abrigo . – Ojalá esto sucediera en todas las calles , en todos los barrios , en todas las ciudades – Deseó mientras bajaba a unirse a la celebración.

¡Pues eso fue precisamente lo que pasó!



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Vanas Palabras

Porque le conocía le abandoné. Estaba harta de mentiras , de palabras vanas , de te quiero más que a mi vida. “Mucho te quiero perrito pero pan poquito” , que decía mi abuela . Él es refinado , elegante , alto , fornido ,hermoso , con cara inocente y labios de pecado . Un adonis. Marché y mi vida se transformó en una mierda. Yo era una mierda. Volví . Me recibió con una sonrisa que decía mentirosa “no pasa nada”. Con cada frase farsante engaña . “Te quiero” : te necesito , “Te amo” : te deseo , “Siempre te he sido fiel” : siempre que estabas delante . No existe superior dulce que un te quiero y su sonrisa. Le amo y he regresado. No importa que me quiera , solo que me lo diga.



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04 febrero 2007

Falsas Leyendas 2

(...) y solo has alcanzado el rango de lágrima. Nos pareces una joven diestra y voluntariosa y por eso nos duele verte fracasar una y otra vez. Quizás sea hora de que te plantees tu elección.
- ¡No! Por favor , no me expulséis – suplicó Sindal , horrorizada porque uno de sus más hondos temores se viera convertido en realidad.
-No pequeña , no temas , no pretendemos desterrarte - tranquilizó la druida – Lo que deseamos sugerirte es que cambies de bestia mítica. Es posible que el unicornio no sea el animal indicado en tu caso.
- Estoy segura de que lo es. He tenido las visiones , lo percibo. No se porque no acude a mí pero todo lo que me habéis enseñado me indica que he elegido bien.
- Es posible que no se adecuado para ti - Insistió Irazia ,lanzándola una mirada mitad cómplice , mitad severa.

Tardó unos instantes en interpretar esa mirada . - ¡No!- gritó estupefacta – Como podéis pensar eso de mi . Yo no.. yo... – Sabía que los votos no podían ser rotos y que su violación suponía el destierro irrevocable. Desde luego las druidas no desaprobaban las relaciones sexuales , eran algo natural , tan solo exigían un voto de castidad hasta que la novicia alcanzaba el grado de mariposa. Sindal se levantó iracunda y comenzó a correr internándose en el bosque , dolida por semejante falta de confianza. La anciana no intentó detenerla , no era esa su función. Las enseñanzas eran precisas en ese extremo , la novicia que deseara abandonarlas podría hacerlo sin cortapisas. Hubiese preferido que la dejara explicar que ese voto se dispuso debido a la edad de las lágrimas , por lo común de unos doce a quince años . No deseaban que una prometedora druida viera truncado su aprendizaje por parir una criatura a tan temprana edad.

Dejó atrás el bosque , dejó atrás su vida , corrió hasta que , agotada , se durmió hecha un ovillo entre las raíces de un anciano roble .Quiso el destino que fuera hallada por Gustav Labramonte , un fornido leñador de uno de los pueblos limítrofes. Alto ,moreno , joven , de carácter alegre y mente despierta. No hizo preguntas , la acogió en su propio hogar , sin pedir nada a cambio y acallando los maliciosos comentarios de sus convecinos. Torre Inestia era un pueblo prospero , a la ribera del río rojo , que tomaba su nombre del barón que lo fundó, y al que cada día acudían nuevos colonos con la promesa de unos acres de terreno. Amurallado con una empalizada de gruesos troncos y bien defendido por una guarnición permanente , sus habitantes aspiraban a conseguir en breve la categoría de burgo.

Su llegada provocó recelos , en especial en Domiciano el clérigo del dios Único que veía en ella una pagana (... continuará)




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